Petición especial de Oración

Mi prima Elizabeth, de 20 años escribió esto.
Sábado 7 de diciembre.

"Me pregunto porque una mujer tan apegada a Dios, tan creyente de su fe, excelente mujer, madre y esposa. Sufre con esta enfermedad, y al sufrir ella, sufre su familia, y quien la rodea.

Porque cuando creemos que va mejorando, nos dan noticias malas…

Pasar noches en vela sin poder hacer nada, “porque esa es su enfermedad” dijo el doctor.
Y la ves luchando día con día, con un medico y con otro, buscando soluciones cuando todos dicen lo mismo o cosas peores. Cuando su única respuesta, es: No podemos hacer nada, solo evitar que la enfermedad avance rápido…
Y esa no es la respuesta que buscamos, cuando el más grande y poderoso a veces siento que tampoco hace nada con una mujer digna de su fe y apego a él.
No es un reclamo a Dios, es la interrogante que he cargado este tiempo…
Escuchar a mi madre decir que prefiere morir a agonizar de esta forma son las palabras más dolorosas que he escuchado y enojarme tanto con ella por pensar así y creer que es muy egoísta de su parte. Aunque crea que sufre sola, su familia sufre con ella.
Entonces porque Dios ha hecho esto con una mujer que realmente no lo merece, cuando como esposa nunca ha faltado a su pareja, como madre, ha sido la mejor de todas, como mujer es digna de ejemplo y como fiel servidora de Dios es prioridad en su vida.
Y si solo Dios sabe porque ha hecho esto, le pido fuerzas para aceptarlo.
Porque delante de ella soy muy fuerte, pero cuando doy la vuelta es cuando más me duele y sufro sin que me vea
T amo Gordita!!

Mi tía, mamá de Elizabeth y otras 3 hijas, tiene una enfermedad que aún no se ha diagnosticado con certeza.
Mi tía Chela, como la conocemos en la familia, es una mujer ejemplar. Aún con el apoyo lejano de mi tío, ha sacado adelante a sus hijas, las ha apoyado en todo momento y es fácil ver su corazón lleno de gozo aun a pesar de todo.
Es difícil, sí, muy difícil para mi ver sufrir a mi tía. Ha comentado muchas veces que ya quiere detener el dolor, que ya no soporta sentirse mal, que ya quisiera que todo terminará.
Como dice mi prima, pareciera que es egoísta y que no está tomando en cuenta lo que su familia siente.
No tengo mucho qué decir, más bien no sé qué decir. Mi confianza está en Cristo, en Dios, en su poder, en su perfecta y agradable voluntad.

Agradecería muchísimo que tomarás unos minutos de tu tiempo para orar por mi tía y la familia. ~Gracias

Salmos 46:1-3 El Señor es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros. Por eso no tememos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar; aunque bramen y se agiten sus olas, y con su ímpetu sacudan las montañas.
Salmos 57:1 “Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí, porque en ti se refugia mi alma; en la sombra de tus alas me ampararé hasta que la destrucción pase.”
Salmos 139: 7-12 “¿A dónde me iré de tu Espíritu, o a dónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú. Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si digo: Ciertamente las tinieblas me envolverán, y la luz en torno mío será noche; ni aun las tinieblas son oscuras para ti, y la noche brilla como el día. Las tinieblas y la luz son iguales para ti.”
Jeremías 29:11 “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros”–declara el Señor–”planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.”
Isaías 40:28-31 “¿No lo sabes acaso? ¿Nunca lo has escuchado? El Señor es un Dios eterno, él crea los confines de la tierra; no se fatiga ni se agota, su inteligencia es inescrutable. Él fortalece al que está fatigado y acrecienta la fuerza del que no tiene vigor. Los jóvenes se fatigan y se agotan, los muchachos tropiezan y caen. Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan.”
Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios.Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.”
Isaías 43: 1-2 “Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.”
Mateo 11:28-30 “Venid a mí, todos los que estáis cansados y abrumados por la carga, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.”
Juan 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”
1 Juan 4:16b, 18a “Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios permanece en él. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor.”
Romanos 8:38,39 “Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Gálatas 6:2 “Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo.”
Colosenses 1:11-14 “Que seáis fortalecidos con todo poder según la potencia de su gloria, y que estéis preparados para sobrellevar todo con paciencia, mientras que con gozo agradecéis al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en la luz. Porque El nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados.”
Romanos 8:24-26 “Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.
Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”


…Dios ha dicho “Nunca te abandonaré ni te dejaré desamparado”. Hebreos 13:5